viernes, 15 de mayo de 2015

63.La máquina de robar: el Estado español.

Estos días atrás, quizá un poco por las elecciones, pero también por la saturación de filtraciones tras lo de Rato, se publicaron unos cuantos artículos y opiniones sobre el coste de la corrupción en España (1, 2, 34, 5). 

No hay mucho investigado sobre el asunto, como era de esperar, pero las noticias de 2013 y 2014 daban un coste de alrededor de 40.000 M€/año, que las de 2015 ya suben a 48.000 M€/año.(1,2,3,4). Una barbaridad, pero que en mi opinión se queda corta porque no tiene en cuenta la economía sumergida. 

Esta es una aproximación al problema del coste de la corrupción en España que incluí en Madrid es una Isla, publicado en 2013. El periodo abordado es de 1980 a 2000, que son los años para los que disponía de datos de VAB del trabajo de Alañón y Gómez. Mi aproximación mediante VAB sumergido sobre PIB resulta en cierto modo complementaria a la inferencia que Moral y colaboradores hacen en base a la productividad perdida de la economía española que explica el artículo de Gariciano. ¿Adónde va la productividad perdida por la corrupción? Pues a la economía sumergida (o al paro, claro). Muy interesante. 

Pero vamos a lo expuesto en Madrid es una Isla

En su concepción general, el planteamiento es el siguiente:

1º La relación entre política y la economía sumergida queda acreditada porque los años de elecciones generales (en círculo) el VAB de la economía sumergida sobre PIB creció el doble de media que los otros años. Más aún, las elecciones de 1982 y 1996, en que esto no pasó, el partido en el Gobierno perdió las elecciones. 


Que los años de elecciones generales el Estado ponga especial cuidado en engrasar la economía sumergida no significa que el resto de años no favorezca la corrupción.De1980 a 2000 el VAB de la economía sumergida creció por término medio un 1,25 % más el PIB a precios constantes. 

2º. La palanca que empuja la economía legal a la sumergida es la mala o excesiva regulación, lo que se conoce como burocracia. La relación entre la inflación normativa y la economía sumergida es tan fuerte que el simple sumatorio de las leyes orgánicas aprobadas cada año entre 1979 y 1999 explica el 88,6 % de la cuantía de la economñia sumergida a precios constantes durante el año siguiente.


Por si quedaran dudas sobre lo que expongo, copio un párrafo del libro: 

 Si en los años electorales el mayor incremento del VAB de la economía sumergida puede ser explicado por el interés del gobierno de turno en acelerar la circulación del dinero y alimentar las maquinarias electorales, el aumento ordinario de la economía sumergida en los años no electorales requiere una causa sistémica o estructural, y esta es, por supuesto, la acción legislativa corriente. Es la inflación regulatoria, la permanente aprobación de leyes, normativas, exigencias administrativas, etcétera, la que crea los instrumentos para la criminalización económica indiscriminada -el aparato del chantaje-, y alimenta una creciente y general corrupción económica. El incremento de requisitos administrativos y técnicos a las empresas y particulares para legalizar una vivienda o un modelo industrial, con la excusa de asegurar unos parámetros mínimos de calidad (medioambientales, sociales, etc.), muchas veces absurdos, mal formulados o simplemente demasiado exigentes para la realidad socioeconómica del país y siempre muy caros, permiten a la Administración la mejor coartada para ejercer su arbitrariedad y ofrecer estos nuevos mercados -generados por cada exigencia- a empresas y amigos.

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