jueves, 28 de enero de 2016

117. Comunicación, tecnología y cultura, I.

Trasteando con Ngram se me ocurrió indagar sobre el rastro literario de las tecnologías del transporte y la comunicación y compararlo con los gráficos habituales que muestran la velocidad con que estas tecnologías se democratizan.
La universalización de la tecnologías a menudo toma la forma de una curva sigmoidal, que da cuenta del lento arranque seguido por una acelerada y explosiva democratización hasta alcanzar su límite de penetración, bien sea porque ya se extendió entre la totalidad de la población  (por ejemplo, el aire acondicionado o la TV en color) o porque un suceso externo elimina la demanda de golpe. Tal es el caso, por ejemplo, de lo ocurrido en los años 30 con el automóvil o incuso la electricidad en los EE.UU por culpa de la Gran Depresión. Mi impresión, viendo el gráfico de arriba, es que una tecnología solo tiene una oportunidad de crecimiento exponencial; si este se frustra por cualquier motivo, la expansión será de razón aritmética respecto del tiempo. 

Con Ngram quería comprobar si el patrón sigmoidal se repite en la literatura. También, qué trascendencia relativa tuvo cada tecnología en su momento,  y para terminar, cómo se sintieron las diferentes tecnologías en las distintas culturas. Fui mucho más allá. 

El rastro  tecnológico en la literatura. 

1.- La explosión tecnológica: Internet.

Muestro primero un caso claro y cercano de expansión exponencial: Internet. La curva de abajo es la de arriba con un suavizado +-2 (5 años). 

Según Ngram, el crecimiento explosivo tiene lugar entre 1995 y 2005, cuando el interés parece agotarse e incluso desciende. La fase de expansión literaria es isocrona a la expansión comercial, que según el gráfico de arriba se agota también hacia 2005 con una penetración del 60 % de los hogares americanos.
Datos más recientes indican una reexpansión, pero Ngram solo alcanza hasta 2008, y en cuaquier caso, tras 2005 el crecimiento explosivo parece haber dado paso a otro crecimiento más moderado.

2.-El ciclo de vida: la radio, el cine y la televisión.

Internet es un buen ejemplo de desaarrollo explosivo pero es demasiado reciente. ¿Qué ocurrirá con esta tecnología en el futuro? ¿Qué podemos esperar? 

Una tecnología de desarrollo similar al de Internet fue la radio en las décadas de años 1920 y 1930. De 1923 a 1933 la radio pasó a estar presente en el 60 % de los hogares americanos. La Gran Depresión frenó la velocidad de expansión, y a partir de 1940, ya con un 80 % de penetración, la pendiente de la curva de penetración disminuye claramente (derivada negativa). 


Y esta es la curva en Nrgam, abajo suavizada a 5 años. 


En 1940, alcanzado el 80 % de penetración, el impacto de la radio descendió y el interés público se redujo dramáticamente hasta estabilizarse en la década de 1960. Y hasta hoy.

La curva de Ngram para cinema presenta un perfil muy diferente. Aunque comienza con lo que parece un perfil cóncavo semejante al de la radio, éste se trunca en 1930 y se mantiene con altibajos hasta mediados de la década de 1960, cuando vuelve a crecer de un modo sostenido.

1930 fue el año que más entradas de cine por habitante se vendieron en los EE.UU. Si el concepto de expansión de una tecnología siempre es discutible, es una buena referencia como medida de máxima penetración.
De 1932 a 1945, con algunos altibajos, los americanos aumentaron ligeramente la frecuencia con que acudían a los cines, pero en 1946 la tendencia cambió de forma definitiva, inciándose un descenso que no se frenó hasta mediados de los sesenta. Probablemente, el fin de la guerra fue determinante en la caída de espectadores, pues aún en 1947 solo había 45.000 televisores en los EE.UU (y casi todos en Nueva York), pero de cualquier manera, sobre esa caída coyuntural se instaló una tendencia a largo plazo que venía larvada desde unos años atrás, pues ya a finales de la década de los 30s, antes de iniciar la plena masificación, la literatura sobre la tecnología de TV sobrepasaba la del cinema

Menciones de cinema y television (suavizadas a 5 años) en Ngram hasta 1955. 

En 1950, menos del 5 % de la población tenía tv en sus casas, en 1955 disponía de tv más del 60 % de la poblacion y en 1960 ya era más del 85 % y para entonces la curva de penetración, lo que los americanos llaman tech adoption, estaba ya en su tramo de pendiente negativa. La historia se repitió con la tv en color, que pasó de tener menos del 5% en 1965 al 60% en 1975 y el 80% en 1980. La expansión de la pelevisión por cable fue más lenta, pasando de 4,5 millones de subscriptores en 1970 a 16 millones en 1980, 50 M en 1990 y un máximo de 68 M en el 2000 (1,2)

La curva Ngram de menciones de television recoge esta evolución, funcionando como una sofisticada curva de ciclo de vida de producto, no solo (aunque también) determinada por los ingresos o las ventas totales, sino por el conjunto de variables que dan a esa tecnología su valor económico en cada momento, incluyendo las expectativas y contingencias. 


Por ejemplo, si dejamos a un lado la generalista curva de menciones de television y vamos al detalle de la curva de menciones Ngram de color television, nos encontramos con un máximo en la fase de desarrollo que adelanta la relevancia futura de la técnica y, en cierto modo, la demanda. En ese sentido funcionaría como el pico de expectativas en la curva Hype. Durante el desarrollo, el pico de menciones coincide con una penetración de la tv en color al 80 % de los americanos, estableciendo en ese momento el fin de la tecnología de television en color como estímulo de un mercado en crecimiento. En ese punto, sin otro nuevo estímulo técnico, el mercado de televisión entraría en recesión. 

La curva Ngram para cable television es bien difernte pues también lo es su historia. Hasta principios de los 70s el desarrollo de la tv por cable se vio limitado por restricciones legales y la plena popularización se retrasó hasta la década de 1980, coincidiendo con importantes desarrollos tecnológicos, como la expansión de las redes coaxiales en la década de los 90s.  En consecuencia, la literatura sumaría el pico de expectativas a la curva de la popularización tecnológica (línea de puntos). En cualquier caso, el máximo de meciones Ngram señala el fin de la expansión del mercado, como se puede comprobar en los registros de subscriptores (1,2).


De este modo, las curvas de menciones Ngram son proyecciones del valor relativo dado a una tecnología concreta definida por la tecnología que se nombra, y como sucede en la economía real, las expectativas y otros muchos factores narrativos juegan un papel determinante que Ngram permite medir y cuantificar

Y en lo que a mí me importa, Ngram nos da una explicación histórico-literaria y cuantificada del proceso concreto por el un agregado de valores enlazados añade y/o mantiene el valor económico de una tecnología o industria. 

Por ejemplo, como señala el gráfico de arriba, entedemos que el sumatorio de las sucesivas mejoras tecnológicas incorporadas a la televisión construye la curva de ciclo de vida de la television, y lo cierto es que basta sumar las menciones Ngram de television picture television set cable television para explicar el 97,4 % de la variabilidad de la televisión desde su invención hasta 2004.

Curvas Ngram de television setcable television y television picture y la suma de las tres variables, que correlaciona con un R2 de 0,974 con la curva Ngram de television.
Curvas Ngram de television program, television picturetelevision setcable television, satellite television, digital television y la suma de las seis variables, que correlaciona con un R2 de 0,987 con la curva Ngram de television.
Narrar es contar. No usamos las palabras al azar. Hay una congruencia entre el sentido de lo que contamos y la frecuencia de uso de las palabras. Las narraciones que armamos con las palabras son explicativas en la medida que mantienen congruencia numérica con los términos que explican y la realidad. Hay relaciones numéricas entre los significantes y los significados que hacen que los relatos sean ciertos. 

Si queremos explicar el ciclo de vida de la televisión y queremos resumir los desarrollos tecnológicos clave que cuentan su evolución, no nos vale cualquiera. Por ejemplo, si nos cuentan una historia de la TV con el desarrollo del mando a distancia, la pantalla plana y la evolución de los concursos como ejes argumentales, posiblemente el relato nos resulte increíble. Si por el contrario el relato se arma en torno a la tecnología de la imagen (picture televisión), la del aparato televisor (televisión set) y de la televisión por cable (cable television), incluso a un  profano el relato parecerá más creíble y completo, más atinado, más de sentido común. Lo que Ngram nos dice es que este relato es cierto en un 97 %. 


Por supuesto, y esto es fundamental, es posible construir otros muchos relatos con otras variables que expliquen la historia de la televisión, quizá de una forma más detallista, incluyendo menciones a satellite television, digital television o program television, aunque al hacerlo solo añadamos un 1 % de explicación. 

Nos puede interesar también obtener una explicación más económica, introduciendo variables como television company o television network, aunque es posible que al hacerlo perdamos información. Lo importante es entender cómo se articulan las diferentes variables y cómo añaden y restan información unas a otras. 

3.- El discurso de la tecnología: industria y cultura. Adopción y adaptación. 

A propósito he usado popularización y no masificación para referirme al proceso de adaptación de una tecnología por el público, es decir, de la conversión de una tecnología en una industria. Porque el término popularización enlaza directamente con la cultura a través de lo pop. La masificación parece algo impuesto, y tiene connotaciones negativas que impiden ver lo sustancial: cuando una tecnología se populariza, pasa a formar parte de la cultura de la gente, de su forma de vida y de su entendimiento del mundo. 

La sociedad no solo adopta la tecnología, se adapta a ella. 

En España (y en otros países de Europa) hay un ministerio de Industria y otro de Cultura como si fueran cosas diferentes. Nada más lejos de la realidad. Y esta distinción sale carísima. Hacer coches como los hacen los alemanes es imposible en la cultura española. Podemos montarlos en el espacio cerrado de la fábrica, pero lo que los americanos llaman el Know-how les pertenece a los alemanes, y les pertenece como cultura. De ahí los fiascos de políticos y burócratas cuando se empeñan en injertar/implementar tecnologías a la brava. La cultura española se se ha demostrado enormemente resistente, pero eso mismo la hace enormemente reactiva, y para que un injerto tenga éxito primero hay que evitar el rechazo. 

En realidad, la cultura institucional en España es eminentemente funeraria, moviéndose entre lo escatológico y lo macabro, todo muy patético. A la cultura se llega muriendo, y por eso en este país la cultura oficial es siempre el cadáver de una industria. Cuando una industria quiebra y se convierte en artesanía o etnografía pasa a depender del ministerio de Cultura. Ya hablaré más del asunto otro día. 

Toda esta introducción para hacer ver que los mecanismos de la industria no son diferentes de los que admitimos para los procesos de la cultura, y su expansión/popularización participa de los mismos mecanismos narrativos, semánticos o sintácticos que operan en el lenguaje, pues al fin y al cabo, la transmisión de información compleja es, básicamente, lingüística. Mi hipótesis es que esa información incorpora también unas relaciones numéricas, y para ser explicativa la una de la otra, lo numérico y lo narrativo deben operar de forma complementaria.   

Por ejemplo, la curva Ngram de menciones de cinema. Intenté repetir el análisis de ciclo de vida hecho con television con cinema, pero no resultaba. Los términos a priori más intuitivos: cinemascope, cinematographtechicolor, 3D cinema, etc, no mostraban una relación numérica clara. Lo que más me incomodaba era que la tercera parte ascendente de la tendencia, (de 1960 a 2004), que yo creía que tenía que ver con la televisión, no correlacionaba con telefilmtelevision film y similares. Así que cambié de táctica. Lo intenté por arriba, con un enfoque más cultural, semántico, de entorno. 

El resultado es éste:
De arriba abajo: curvas Ngram de cinema y Hollywood a las que se van añadiendo las curvas de movie, entertainment y theatre.
El cinema fue un invento francés convertido en una gran industria en Hollywood, equivalente a movie (para la discusión sobre los particulares significados, baste 1,2,3). Los tres términos se movieron al unísono hasta 1935, cuando la industria olvidó definitivamente el cine mudo para hacer solo sound films

En los años 30s se empezó a diferenciar cinema de movie, que mantuvo su tendencia ascendente hasta 1947, cuando irrumpió la televisión y comenzó el declive de Hollywod clásico, para los mitómanos, la edad de oro del cine.

Desacoplamiento de cinema films y Hollywood y acoplamiento a sound film en los años 30 (abajo suavizado a 5 años). El concepto cinema queda como reminiscencia de las viejas películas mudas y Hollywood pasó a hacer movies
Pero a mediados de los 60s la industria del cine resurgió y retomó su camino ascendente. ¿Hacia donde ahora? Hacia el entertainment. En el siglo XXI incluso theatre se ha acoplado al entertaiment; todo es ya una misma industria. 

Lo más curisoso del asunto es que a partir de 1965 también cinema cambió de tendencia para ser arrastrado por la senda ascendente de las movies hacia el entertainment, y lo hizo, de nuevo, como un préstamo europeo, de la mano del Italian cinema, French cinema, British cinema, etc. Siguiendo esta corriente, en los 70s se creó incluso la marca Hollywood cinema
Curvas de menciones Ngram de French cinema, Italian cinema, British cinema, Hollywood cinema, Spanish cinema. Abajo, las mismas redondeadas a 5 años. 
El camino de ida y vuelta  a Europa de cinema lo convirtió en una marca de culto, mucho más que el mero espectáculo de imagenes en movimiento (film cinemacinema performance o cinema theatre) que fue sus primeras décadas. Ahora el cinema era una cuestión cultural, una particular forma de expresión, un Cinema con mayúsculas, un nuevo idioma artístico. Ved, si no:

A partir de los años 60 aparece un Cinema con mayúsculas procedente de Europa y que devuelve el cinema a la senda de las movies de Hollywood. (De arriba abajo curvas de menciones Ngram en inglés, inglés británico e inglés americano).


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