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jueves, 15 de septiembre de 2016

139. Discurso global y Clima global, 2. Cold & hot.

Estaba el otro día con la correlación de la relación hot/cold en textos escritos (registrados por Ngram) y la media de temperaturas globales (según reconstrucción de la U. de Berkeley) para el último siglo y medio.


¿Es esta correlación espuria? Pues puede que sí,puede que no, pero a mi entender ésta es una discusión mal traída. Vale que la posibilidad de que la relación de uso hot/cold en los escritos pueda influir en el clima es irracional (en todo caso la simple necesidad de este adjetivo implica que lo irracional existe) pero queda abierta la muy razonable posibilidad de que los escritos reflejen de forma más o menos consciente (esa es otra) la sensación general de frío o calor -el confort térmico, que se dice ahora- mediante el uso relativo de esas dos palabras.


Y lo cierto es que es lo más normal del mundo que las palabras se usen o no según las circunstancias, y por eso no sorprende demasiado que en US las búsquedas de cold sean mayores en invierno (como las del propio winter) y menores en verano (con, por supuesto, summer), estableciendo un patrón anual. Al contrario, lo que sorprende es que las búsquedas de hot presenten dos picos de uso, uno en verano (como corresponde al clima) y otro en invierno con su máximo en diciembre.


Que warm también presente un ciclo anual con máximo en diciembre hace pesar que el uso de hot es la suma de (al menos) dos ciclos. Resulta tentador considerar a uno ciclo natural y a otro artificial, que estaría referido a un calor humano, de hogar, contraclimático, pero lo cierto es que tanto uno como el otro están ligados a la sucesión natural de estaciones, si bien de un modo positivo y negativo. (Desde hace años sospecho que el problema de fondo del cambio climático no es el elfecto invernadero, por supuesto no el CO2, pero tampoco ninguna otra causa física o química sino nuestra atávica nostalgia del trópico. Somos monos en busca de un confort perdido... a 22ºC).

Pero a lo que iba. Está claro que en US las búsquedas de cold en Google aumentan en invierno según un patrón estacional. Pero es que además los patrones estacionales de búsquedas de hot y de cold en Google correlacionan de forma positiva con las temperaturas medias menusales en US (del NOAA).

Así que sí. Google Trends reproduce a corto plazo la misma correlación de usos lingúísticos hot/cold y temperaturas globales vista en Ngram. Usos lingüísticos y clima vuelven a mostrar una clara correlación a través de las estaciones. De ahí a esperar que cada año las relaciones de búsquedas hot/cold en US vengan numéricamente definidas en función de la temperatura hay un pequeño paso lógico...

Pero las variaciones de temperaturas anuales medias entre 2004 y 2015 en US son mucho menores que la incertidumbre de la correlación. Así que ese paso lógico no se demuestra porque las temperaturas medias anuales de 2004 a 2015 no se han movido lo suficiente. Sigue faltando pues el último paso, una relación que ate de forma estadística y retórica, es decir, convincente, lenguaje y mundo a través del número. Este es el objetivo. Estoy a un paso.




miércoles, 26 de junio de 2013

2.- España atlántica y mediterránea II.


En la entrada anterior vimos cómo lo atlántico y lo mediterráneo se desplazan en España según la estación y cómo los españoles se vuelven más o menos mediterráneos y atlánticos conforme pasa el año. En el norte nos gusta reivindicar nuestro carácter atlántico, pero el tópico dice que España es un país mediterráneo ¿Es, justo? Pues bastante.




Si representamos la serie de búsquedas en Google de las cuatro estaciones (otoño: azul; invierno: rojo; primavera: amarillo; verano: verde), vemos que España vive casi todo el año pendiente de ese verano mediterráneo, dominante en nuestro pensamiento sobre cualquier otra estación desde enero o incluso diciembre hasta septiembre. Es entonces cuando los españoles empezamos a prepararnos para el invierno junto con el otoño, que despunta prematuro en septiembre y comienza a decaer en nuestro interés ya en octubre. En noviembre, los españoles tecleamos tanto otoño como invierno, y diciembre es el único mes invernal, pues en enero ya estamos pensando, de nuevo, en la primavera y, sobre todo en el aún lejano verano.

Así que España es mediterránea, lo que resalta si la compramos con Francia. En nuestro vecino del norte la primavera y el verano se alternan como principal preocupación de los más atlánticos franceses. Por lo demás, la misma  rotación de estaciones por el país. El otoño se reparte y la primavera se deja sentir en el noroeste: valle del Loira y costas de Bretaña y Normandía; el invierno constituye una preocupación mayor en las regiones del este, de Alsacia a los Alpes; y el verano recuerda que Francia también tiene un sur mediterráneo.



Y para terminar, que España es Mediterránea lo confirmamos en Italia, que también vive pendiente del estío. En cuanto a la rotación de estaciones, pues lo esperable, el otoño e invierno se refugian en el valle del Po, mientras que la bota entera vive los calores de primavera y verano. 




En resumen, esto es lo que hay:




1.- La España atlántica y la mediterránea I.

Este blog está dedicado a las geografías discordantes, alternativas, múltiples, periféricas o diversas de España. Ni  siquiera el ámbito geográfico de España estará definido de manera estricta, sino que se construirá a partir de las herramientas disponibles, de mi perspectiva y a la casualidad.

El propósito es obvio: romper con la falsa uniformidad de la geografía académica, administrativa y oficial que el poder impone para su provecho. Uno de estos tópicos es el de las dos Españas, dos Españas que son en realidad tantas como queramos.

Veamos.

A todos nos suenan la España mediterránea y la atlántica, la de costa y la de interior, la norte y la sur. Todas ellas existen. ¿Pero dónde están y cómo se definen?

En esta primera entrada del blog vamos a ver un poco de ellas.

El gráfico siguiente indica la evolución desde 2004 de las búsquedas en Google de las palabras invierno (azul) y verano (rojo). Las búsquedas muestran un claro patrón estacional.


Los mapas de abajo indican las ciudades en las que predominó la búsqueda de invierno (azul) y verano (rojo). Es clara la diferencia entre  la España norte y sur, o quizá de la atlántica de la mediterránea, si incluimos en la atlántica buena parte de la Meseta y en la mediterránea la costa del golfo de Cádiz.

A continuación, hago lo mismo con la primavera (rojo) y otoño (azul)


En primavera y otoño, la España atlántica parece incluir ya el golfo de Cádiz donde el otoño pesa más que la primavera, aunque la influencia atlántica se diluye a medida que se sube hacia Cataluña.

Así que, ya vemos, hay una España atlántica y otra mediterránea no sólo en el mapa, sino en los españoles, aunque, como los españoles, no están siempre en el mismo sitio ni en la misma situación. Las Españas atlántica y mediterránea se desplazan con cada estación.

Y qué pasa entonces con las dos Españas, de dónde sale este invento, dónde teclean España atlántica, España mediterráneados Españas en Google?


¡Pues en Madrid, cómo no!