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lunes, 2 de enero de 2017

143. Geografía de España en las seies de TV a partir de búsquedas en Google.

La idea era hacer algo como estos fantásticos mapas de share de seies de los EE.UU. pero como ni tengo datos directos de share ni tanto tiempo como para desgranar los indirectos que me pueda dar Google, pues esto es lo que hay: 


Repito, los datos de búsquedas en Google no son share, pero en mi opinión indican algo mejor, la importancia relativa que la televisión tienen como generador de interés. Digamos que mide el poder de la TV como fábrica (dispositivo, en términos de Foucault) del discurso social. 


Bueno, pues si mis mapas no son tan chulos como los del NYT, tampoco son menos interesantes e informativos; todo esto es lo que cuentan:

1.- Navarra, La Rioja, las dos Castillas, Extremadura y Navarra constituyen las guardianes de las esencias de la españolidad. Aquí se valora, antes que nada, el discurso español, muy español y mucho español. ¡Olé!  Todas las demás regiones valoran ligeramente más lo gringo que lo hispánico, salvo la rebelde y traidora Cataluña y ¡oh, sorpresa! la cantonalista Murcia, que valoran lo gringo mucho más que lo hispánico. (Habrá que tenerlo en cuenta).

2.- En cuanto al valor de la TV como generadora de discurso social, tenemos que:

2.1.- Las islas, Canarias y Baleares, juegan aparte: el poder de la TV en el  imaginario de estas CCAA es mínimo, aunque quizá la medida esté distorsionada por las búsquedas de la población turística.

2.2.- PV, Cataluña, Valencia y Navarra, comunidades asociadas a mayor desarrollo socioecómico y cultural, son las menos influenciadas por la televisión, al menos en lo que se refiere a series de TV. Les sigue Madrid, pero en mi opinión ya en el grupo de televisivas, grupo que encabezan las comunidades rurales de interior: la Rioja, las dos Castillas, Aragón y Cantabria. 


Para obtener estas conculsiones utilicé los datos de búsquedas relativas de 10 series españolas y 5 americanas de los últimos cinco años que saqué de un listado cualquiera y cuyos registros están inmediatamente arriba. Cada serie tiene una distribución propia que, en general, se ajusta a la media que resumida en el gráfico primero, pero que a veces generan patrones geográficos muy familiares, como por ejemplo, el cruce de Homeland con Juego de Tronos







domingo, 27 de diciembre de 2015

107. España 1936-2016. Población y memoria.

La dificultad de la estadística social es que las mínimas diferencias son sustantivas cuando se trata de poblaciones. 

No me cabe duda de que los referentes culturales de un español hoy tienen mucho más en común con los de un inglés, un portugués o un chipriota que con los que podamos compartir con quienes eran españoles hace cien años. Y esto más aún dentro de España. La vida corriente de un español en Málaga o Vigo es hoy muchísimo más parecida a la que podían encontrar cualquiera de ellos si viajara cien años atrás para vivir en la misma ciudad hace cien años. Y sin embargo, las pequeñas diferencias que se mantienen entre los grupos sociales, por superficiales y accidentales que parezcan, son increíblemente constantes y resistentes al paso del tiempo. (Y aquí, en este blog, ya he dado algún ejemplo

Estamos a punto de entrar en 2016. El año que viene se cumplirán 70 años del inicio de la Guerra Civil. Apenas un 6 % de la población española que tenía 10 años cuando comenzó la guerra puede guardar recuerdos más o menos objetivos de la experiencia de entrar en guerra y cómo fueron los días o semanas antes y después del golpe militar. Y sin embargo, tantísimas cosas de aquella España, más o menos transformadas por el paso del tiempo, siguen manfiestándose. 

No voy a dar ninguna estadística ni a hacer ningún comentario más, tan solo quiero reproducir estos dos mapas que aparecieron estos días en la prensa digital y otro de la Guerra Civil. 

Municipios donde gana el mismo partido desde 1982. El Diario, 25/12/2015
Los 313 municipios que mantienen calles dedicadas a Franco. El Confidencial, 26/12/2015


Mapa de zonas donde triunfó el golpe de 1936 y primeras acciones de guerra (de aquí)

viernes, 12 de julio de 2013

5.- El latido político


Hay tres tipos de personas, las que saben contar y las que no. (Es un chiste)

Hoy seguiré con las dos Españas en su versión política, que conforme al chiste son: la España interior, la costera y la eterna, esa España de las esencias, ibérica, cerril y numantina que se articula en torno a Navarra. Otro día trataré de explicar en qué consiste esta España eterna. Hoy vamos a lo que vamos. 

En 1976 se inscribieron en España los primeros partidos políticos de la democracia. Para que lo sepáis, según el registro de partidos del Ministerio del Interior, el primero en hacerlo fue Falange Española de las JONS. El hecho explica muchas cosas de lo que fue la transición -un lavado de cara del régimen franquista- y los problemas de hoy que hoy padecemos. Como síntoma de lo que vino después, otra perla: UCD aparece registrada el 12 de agosto de 1977, es decir, casi dos meses después de las elecciones que ganó el partido por el que se presentaba el gobierno de España. Si esto no es un error del MIR, resulta que las primeras elecciones no solo habrían sido fraudulentas, habrían sido nulas de derecho. Es la democracia-chapuza española.  

Bueno, pues el asunto es que en España, desde aquel lejano 1976, se han inscrito más de cuatro mil partidos políticos. Y desde 1986 la mayor parte de los partidos inscritos lo fueron en el año previo de las municipales para servir a proyectos políticos de interés local.


Desde 1986, una vez se cerró el pacto bipartidista PP-PSOE con los penosos resultados que padecemos, el pulso político en España tuvo un claro ritmo local, con mucha gente con ganas de hacer una política independiente y distinta desde sus propias localidades. El hastío político de los españoles por el fraude del bipartidismo ha hecho que la política local sea mucho más interesante, incluso en Google, donde las búsquedas de elecciones municipales+eleccions municipals (en rojo) superan ampliamente a las de elecciones generales+eleccions generals (amarillo). Por cierto, la línea azul son las búsquedas de 15M, que  fue un fenómeno político ligado a ese activismo y participación política ciudadana y local. 



Por desgracia, ninguno de estos proyectos políticos ciudadanos locales tuvo mucho éxito, ya que el gran pacto PP-PSOE mantuvo el control de la totalidad de las grandes ciudades españolas y capitales de provincia.

De cualquier modo, el activismo político local no fue homogéneo en todo el país. En la siguiente tabla señalo el número de partidos inscritos en el año previo a las elecciones municipales desde 1986 por cada diez mil habitantes (del año 2000). Los resultados son elocuentes.


Los españoles de las zonas costeras crearon muchos más partidos que los de interior.  Las islas, Ceuta y Melilla, Galicia -con una población cada día más pegada a la costa- Cantabria y Cataluña crearon un partido por cada quince mil habitantes o menos. A medio camino están Andalucía -que conserva una buena población de interior-, Extremadura, Madrid -esa isla interior que tan cara nos sale a los españoles-  Asturias y Murcia, provincias costeras con capitales no portuarias. En las dos Castillas (incluido León, aunque un duende informático lo ha vuelto gris) fue necesario juntar a treinta mil personas para formar un partido político municipal. Y por último, la España eterna, esa cuña entre el sistema Ibérico y los Pirineos en la que solo se creó un partido político por cada sesenta mil personas nada menos.


Otro día si tengo ganas prepararé datos provinciales. 



miércoles, 26 de junio de 2013

2.- España atlántica y mediterránea II.


En la entrada anterior vimos cómo lo atlántico y lo mediterráneo se desplazan en España según la estación y cómo los españoles se vuelven más o menos mediterráneos y atlánticos conforme pasa el año. En el norte nos gusta reivindicar nuestro carácter atlántico, pero el tópico dice que España es un país mediterráneo ¿Es, justo? Pues bastante.




Si representamos la serie de búsquedas en Google de las cuatro estaciones (otoño: azul; invierno: rojo; primavera: amarillo; verano: verde), vemos que España vive casi todo el año pendiente de ese verano mediterráneo, dominante en nuestro pensamiento sobre cualquier otra estación desde enero o incluso diciembre hasta septiembre. Es entonces cuando los españoles empezamos a prepararnos para el invierno junto con el otoño, que despunta prematuro en septiembre y comienza a decaer en nuestro interés ya en octubre. En noviembre, los españoles tecleamos tanto otoño como invierno, y diciembre es el único mes invernal, pues en enero ya estamos pensando, de nuevo, en la primavera y, sobre todo en el aún lejano verano.

Así que España es mediterránea, lo que resalta si la compramos con Francia. En nuestro vecino del norte la primavera y el verano se alternan como principal preocupación de los más atlánticos franceses. Por lo demás, la misma  rotación de estaciones por el país. El otoño se reparte y la primavera se deja sentir en el noroeste: valle del Loira y costas de Bretaña y Normandía; el invierno constituye una preocupación mayor en las regiones del este, de Alsacia a los Alpes; y el verano recuerda que Francia también tiene un sur mediterráneo.



Y para terminar, que España es Mediterránea lo confirmamos en Italia, que también vive pendiente del estío. En cuanto a la rotación de estaciones, pues lo esperable, el otoño e invierno se refugian en el valle del Po, mientras que la bota entera vive los calores de primavera y verano. 




En resumen, esto es lo que hay: