1.- La violencia de la Ley es masculina.
No cabe duda. En la clasificación de los delitos por sus tipos, la contribución penal de las mujeres supone de media un 9,6 %. Si España fuese habitada sólo por mujeres la delincuencia sería diez veces menor.
No cabe duda. En la clasificación de los delitos por sus tipos, la contribución penal de las mujeres supone de media un 9,6 %. Si España fuese habitada sólo por mujeres la delincuencia sería diez veces menor.
En la Tabla señalo en morado y en azul aquellos tipos de delitos que las mujeres cometen con una frecuencia máyor y menor de una desviación estándar (++ --); y media desviación estándar (+ -) respecto de la media general (9,57%). En relación al total de cada tipo, los delitos más cometidos por las mujres son aquellos contra el honor; las falsedades (documentales, falsificaciones); contra el patriomonio (robos y hurtos), contra la imagen y la Administración Pública. Los más infrecuentes son los cometidos contra la libertad sexual, contra la libertad de las personas y contra las relaciones familiares.
Aún considerando la diversidad de delitos que incluyen los tipos penales, es evidente que, dentro de lo poquísimo que delinquen, su las mujeres prefieren la trampa y el engaño a la violencia directa, la imposición y la intimidación. En el detalle de los delitos contra el patrimonio, por ejemplo, las mujeres son mucho más proclives al fraude o al hurto que al robo con fuerza o violencia.
El planteamiento común de la violencia de género presupone que las mujeres son víctimas más o menos indefensas a la brutalidad machista. Las mujeres resisten, incluso se defienden, pero como se parte de la premisa de que el único nivel aceptable de violencia machista es cero, es inconcebible que las mujeres puedan asumir de modo voluntario (mucho menos deseable) un nivel de violencia masculina por mínimo que sea. Me parece que esta premisa no es realista y hasta convierte a las mujeres en meras subsidiarias de la violencia del hombre, como si esta no se enmarcase dentro de un equilibrio social construido por hombres y mujeres. Las estadísticas muestran que el hombre es mucho más violento y proclive al riesgo que las mujeres en todos los aspectos de la vida, tanto en los más brutales y delictivos como en los más civilizados y respetados. Además, en la anterior entrada planteé que la integración en igualdad de las mujeres en el mundo del hombre debería exponer a la mujer a una mayor dosis de violencia relativa, violencia que la mujer aceptará como parte del trato social en la medida que suponga otros beneficios.
2.- ¿Por qué obedecer o desobedecer la Ley?
También en la entrada anterior sobre violencia machista/masculina, un comentario hizo referencia a un artículo (al parecer clásico) de psicología evolutiva titulado The man who mistook his wife for a chattel que el comentarista tradujo como El hombre que confundió a su mujer con ganado.
Mi inglés es bastante lamentable, pero aún así la traducción me coscó y comprobé que en efecto, el comentarista tuvo un lapsus muy freudiano: confundió chattel -bien mueble- con cattle -ganado-. Así que el título vendría a ser algo así como: El hombre que confundió a su mujer con su dote. Entre los los posibles sinónimos de bien-mueble creo que dote es aquí el más indicado porque nos remite a las tradiciones específicas del matrimonio como una compraventa (tradiciones que en España todavía se celebran en las bodas católicas con la entrega de las arras).
Pero lo cierto es que confundir dote con ganado resulta muy sugerente desde un punto de vista antropológico y está muy acorde con la intención del artículo de Wilson & Daly, porque lo que se discute en él son las razones evolutivas y biológicas de la visión patrimonial que el hombre tiene de la mujer, una visión que el feminismo considera un atavismo y una sinrazón machista que debe ser erradicada para lograr una convivencia en igualdad.
Yo no soy muy partidario del darwinismo, y mucho menos en lo antropológico. El darwinismo es muy proclive al determinismo tautológico de pensar que si algo existe es mejor porque la evolución lo ha sancionado, y como es mejor, es irremediable que exista (y con el darwinismo genético la cosa se pone aún peor). En resumen, confío que este siglo devolverá a Lamark su crédito científico y considero que la función crea al órgano, así que en este sentido, no veo nada irremediable en los atavismos biológicos. Pero tampoco puedo aceptar que la visión patrimonial del emparejamiento humano sea un atavismo específico del hombre no compartido o al menos complementado por un atavismo correlativo en la mujer equilibrados ambos en una ganancia general. Porque si el hombre actúa como si la mujer fuese de su propiedad y obtiene su provecho, de algún modo la mujer debe convenir en esta creencia actuando de un modo complementario también provechoso para ella. Y aquí es donde entra la metáfora del ganado, pues con ser todo lo cruda que se quiera, me dio el pie para encontrar la respuesta planteando las preguntas esenciales:
¿Qué saca el ganado obedeciendo al pastor? Seguridad para las crías: supervivencia del rebaño.
¿Qué le pide el pastor al ganado? Carne, leche y otros depsojos: el usufructo del rebaño o riqueza.
2. Obedecer la Ley. La seguridad de las mujeres.
Pues bien, en el gráfico de abajo muestro la evolución del porcentaje de mujeres reculsas en España desde 1978. Como trasfondo, en línea fina y a escala relativa, señalo la evolución del total de reclusos, que no ha dejado de aumentar hasta el año 2009.
Hasta 1983 el porcentaje de reclusas en España era del 3 %, y no dejó de aumentar hasta 1993 alcanzando un máximo del 9,44% en 1994, se mantuvo por encima del 9% hasta 1997 y volvió a descender para estabilizarse en torno al 8 % desde entonces. Como fondo, la población reclusa en España pasó de los diez mil de 1978 hasta los setenta y seis mil de 2009. El año anterior al comienzo de la serie -en 1977- hubo una amnistía general que se sumaba a la de 1976 y el indulto general de 1975; en 1983 las reformas de las leyes de Enjuiciamiento Criminal y Código Penal sacaron casi cinco mil presos preventivos de las cárceles, un tercio del total de reclusos. En 1995 (y en 2015) se aprobó un nuevo código penal pero sin efecto aparente sobre la tendencia.
Hasta 1983 España tenía una tasa de reclusión femenina de las más bajas de Europa y diez años después era de las más altas. Todavía hoy sigue siéndolo. ¿Que pasó esos años?
Bien, eso es lo que pasó. Las españolas abandonaron su función reproductora y decidieron vivir en igualdad con el hombre una vez la ley se lo permitió. La tendencia ya venía de atrás, desde luego, pero en esa década el movimeinto se hizo mayoritario y creo que los cambios legales fueron determinantes. En 1977 la española obtuvo -junto con el español- el voto de democracia; en 1978 la Constitución declaró la absoluta igualdad de derechos entre sexos, acabando con la patria potestad del hombre; en 1981 se aprobó la Ley de Divorcio; en 1985 se despenalizó el aborto. Fue como destapar una olla a presión, en una década la igualdad de derechos convirtió a España en uno de los países con menor tasa de natalidad de Europa (y en consecuencia del mundo) y mayor tasa de reclusas. Sea o no casualidad, la tasa de fecundidad se dividió por tres y la de reclusión femenina se multiplicó también por tres.
Mi interpretación de lo que ocurrió en los años ochenta es que las leyes rebajaron el nivel de violencia a la que una mujer podía exponerse si decidía trabajar, abortar o darle puerta a su marido. Siempre hubo una minoría de mujeres que hicieron todas estas cosas a pesar de lo que dijeran las leyes, pero solo cuando las leyes lo permitieron estas opciones fueron asumidas por la mayoría. A cambio de aquellas seguridades esenciales para ejercer funciones del mundo masculino antes vetadas, las mujeres aceptaron también nuevos riesgos, como por ejemplo acabar en prisión.
Pero lo que no hay que perder de vista es que no sólo disminuyó la violencia política o familiar sobre la mujer, sino sobre toda la sociedad en su conjunto, en los colegios contra los niños, en las comisarías contra los detenidos, en las cárceles contra los presos, en las empresas contra los trabajadores, en la calle contra las afirmaciones sexuales de todo tipo, en todas partes contra las libertades religiosas, etc.
Así funciona.
3. Desobedecer la ley. El beneficio de los hombres.
Es la otra cara de la moneda.
Y aunque se está demostrando cada vez más cierta en los últimos años, a muchos resultará dífícil de digerir.
El crecimiento de PIB anual desde 1985 a 2011 explica el 53 % de la variación de presos de 1988 a 2014. El lapso temporal en las series se explica como el tiempo transcurrido entre la ejecución del delito y la entrada en prisión del delincuente. Considerando los plazos con que se gasta la administración de Justicia en España, hasta parece poco.
Esto si que es una verdad incómoda: la correlación prueba que violencia y creación de riqueza están íntimamente relacionadas. Tampoco es una sorpresa total, pues en esta crisis se ha hablado mucho de la relación entre testosterona, competencia y predilección por el riesgo de los agentes financieros (1,2,3,4, al azar los cuatro) pero relación tan clara y directa entre el crecimiento económico y la delincuencia es algo que no había visto. La correlación todavía mejora un poco si utilizamos los datos de presos hombres.
A muchos dolerá ver tan descarnada la violenta naturaleza del crecimiento económico. Resulta casi revolucionario. Sin embargo, no lo es desde un punto de vista antropológico o ecológico (me refiero a ambas ecologías, la natural y la política).
En fin, para lo que nos atañe, queda probado que el crecimiento económico supone fuerza, lucha, competencia, aceptación del riesgo y violencia. Los resultados están a la vista.
4. A modo de corolario.
Cada país y cada sociedad es un mundo de equilibrios, y lo que en unos lugares es preceptivo en otros es delito, de modo que resulta difícil encontrar una medida universal y absoluta de la violencia. Aún así, en todo el mundo las mujeres comenten una mínima fracción de delitos que los hombres y en casi todas partes sufren menos violencia delictiva que los hombres. Si esta violencia ilegal fuera en algo representativa de aquel nivel absoulto y universal de violencia social, deberíamos concluir que las mujeres soportan menos violencia absoluta que los hombres aunque en una medida relativa las mujeres seguirían soportado mucha más violencia que la que generan.
La estrategia política para alcanzar una sociedad igualitaria debe encaminarse sobre todo a rebajar el nivel general de violencia, no específicamente la violencia de género. El objetivo debe ser rebajar el umbral de violencia admisible aflorando aquella oculta por la intimidad del hogar, las relaciones familiares, la disciplina militar, los tabúes religiosos, la competencia laboral o la camaradería, por poner unos ejemplos. Mi conclusión es que en esta situación de igualdad y transparencia total de la violencia absoluta, ésta se repartiría de modo proporcional entre hombres y mujeres, al 50 %, aunque la violencia ilegal seguiría siendo mayoritariamente masculina. Las estadísticas de homicidios intencionados, aunque no concluyentes, parecen apuntar en este sentido.
Los países con mayor paridad de homicidios entre hombres y mujeres suelen tener las tasas de homicidos más altas y, por el contrario, aquellos con mayores tasas de cirminalidad muestran menor número relativo de homicidios de mujeres. Aunque nos podemos encontrar con todo tipo de situaciones, sirva como contraste los países con un homicidio de mujeres superior al 40 % del total: Hong Kong, Japón, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Letonia, Suiza, Alemania, Noruega, Finlandia, Rep. Checa, Bélgica, Hungría, India, Austria y aquellos donde los homicidios de muejeres son menores del 10 % del total: Belice, Rep. Dominicana, Colombia, Trinidad y Tobago, Ecuador, Venezuela, Nicaragua, Honduras, Grecia, Panamá. La sitaución se percibe de forma clara agrupando los países por áreas geográficas.
A la vista de lo expuesto, se entenderá mi desconfianza hacia estrategias de tipo compensatorio como la Ley de Violencia de Género, que procura la desigualdad penal de hombres y mujeres como medida de protección para las mujeres. Esta Ley ni contribuye a la igualdad de hombres y mujeres -todo lo contrario- ni a rebajar la violencia general y desde un punto de vista antropológico no se distingue demaiado de los tabúes religiosos que separan hombres y mujeres en el mundo musulmán también bajo la excusa de proteger a las mujeres. Así lo veo. En cambio, existen otras medidas mucho más igualitarias que aún no han sido aplicadas en España y que a mi modo de ver serían mucho más justas y efectivas, como por ejemplo la obligatoriedad de listas electorales cremalllera y la paridad de sexos en instituciones de gobierno de grandes empresas e instituciones. Considerando la querencia de las mujeres a respetar las leyes y la necesidad vital de apartar a los delincuentes del poder en este país, creo que todos saldríamos ganando y mucho con estas simples medidas.
2.- ¿Por qué obedecer o desobedecer la Ley?
También en la entrada anterior sobre violencia machista/masculina, un comentario hizo referencia a un artículo (al parecer clásico) de psicología evolutiva titulado The man who mistook his wife for a chattel que el comentarista tradujo como El hombre que confundió a su mujer con ganado.
Mi inglés es bastante lamentable, pero aún así la traducción me coscó y comprobé que en efecto, el comentarista tuvo un lapsus muy freudiano: confundió chattel -bien mueble- con cattle -ganado-. Así que el título vendría a ser algo así como: El hombre que confundió a su mujer con su dote. Entre los los posibles sinónimos de bien-mueble creo que dote es aquí el más indicado porque nos remite a las tradiciones específicas del matrimonio como una compraventa (tradiciones que en España todavía se celebran en las bodas católicas con la entrega de las arras).
Pero lo cierto es que confundir dote con ganado resulta muy sugerente desde un punto de vista antropológico y está muy acorde con la intención del artículo de Wilson & Daly, porque lo que se discute en él son las razones evolutivas y biológicas de la visión patrimonial que el hombre tiene de la mujer, una visión que el feminismo considera un atavismo y una sinrazón machista que debe ser erradicada para lograr una convivencia en igualdad.
Yo no soy muy partidario del darwinismo, y mucho menos en lo antropológico. El darwinismo es muy proclive al determinismo tautológico de pensar que si algo existe es mejor porque la evolución lo ha sancionado, y como es mejor, es irremediable que exista (y con el darwinismo genético la cosa se pone aún peor). En resumen, confío que este siglo devolverá a Lamark su crédito científico y considero que la función crea al órgano, así que en este sentido, no veo nada irremediable en los atavismos biológicos. Pero tampoco puedo aceptar que la visión patrimonial del emparejamiento humano sea un atavismo específico del hombre no compartido o al menos complementado por un atavismo correlativo en la mujer equilibrados ambos en una ganancia general. Porque si el hombre actúa como si la mujer fuese de su propiedad y obtiene su provecho, de algún modo la mujer debe convenir en esta creencia actuando de un modo complementario también provechoso para ella. Y aquí es donde entra la metáfora del ganado, pues con ser todo lo cruda que se quiera, me dio el pie para encontrar la respuesta planteando las preguntas esenciales:
¿Qué saca el ganado obedeciendo al pastor? Seguridad para las crías: supervivencia del rebaño.
¿Qué le pide el pastor al ganado? Carne, leche y otros depsojos: el usufructo del rebaño o riqueza.
2. Obedecer la Ley. La seguridad de las mujeres.
Pues bien, en el gráfico de abajo muestro la evolución del porcentaje de mujeres reculsas en España desde 1978. Como trasfondo, en línea fina y a escala relativa, señalo la evolución del total de reclusos, que no ha dejado de aumentar hasta el año 2009.
Datos de INE y Estadísticas Historicas de España (BBVA) |
Hasta 1983 España tenía una tasa de reclusión femenina de las más bajas de Europa y diez años después era de las más altas. Todavía hoy sigue siéndolo. ¿Que pasó esos años?
Gráfico de: Fecundidad y actividad femenina en España 1980-1995 |
¿del INE? |
Mi interpretación de lo que ocurrió en los años ochenta es que las leyes rebajaron el nivel de violencia a la que una mujer podía exponerse si decidía trabajar, abortar o darle puerta a su marido. Siempre hubo una minoría de mujeres que hicieron todas estas cosas a pesar de lo que dijeran las leyes, pero solo cuando las leyes lo permitieron estas opciones fueron asumidas por la mayoría. A cambio de aquellas seguridades esenciales para ejercer funciones del mundo masculino antes vetadas, las mujeres aceptaron también nuevos riesgos, como por ejemplo acabar en prisión.
Pero lo que no hay que perder de vista es que no sólo disminuyó la violencia política o familiar sobre la mujer, sino sobre toda la sociedad en su conjunto, en los colegios contra los niños, en las comisarías contra los detenidos, en las cárceles contra los presos, en las empresas contra los trabajadores, en la calle contra las afirmaciones sexuales de todo tipo, en todas partes contra las libertades religiosas, etc.
Así funciona.
3. Desobedecer la ley. El beneficio de los hombres.
Es la otra cara de la moneda.
Y aunque se está demostrando cada vez más cierta en los últimos años, a muchos resultará dífícil de digerir.
(PIB 1980-2014 de: DatosMacro; población reclusa 1978-1990 de: Estadísticas Históricas, de 1990-2014, de: INE) |
El crecimiento de PIB anual desde 1985 a 2011 explica el 53 % de la variación de presos de 1988 a 2014. El lapso temporal en las series se explica como el tiempo transcurrido entre la ejecución del delito y la entrada en prisión del delincuente. Considerando los plazos con que se gasta la administración de Justicia en España, hasta parece poco.
Esto si que es una verdad incómoda: la correlación prueba que violencia y creación de riqueza están íntimamente relacionadas. Tampoco es una sorpresa total, pues en esta crisis se ha hablado mucho de la relación entre testosterona, competencia y predilección por el riesgo de los agentes financieros (1,2,3,4, al azar los cuatro) pero relación tan clara y directa entre el crecimiento económico y la delincuencia es algo que no había visto. La correlación todavía mejora un poco si utilizamos los datos de presos hombres.
A muchos dolerá ver tan descarnada la violenta naturaleza del crecimiento económico. Resulta casi revolucionario. Sin embargo, no lo es desde un punto de vista antropológico o ecológico (me refiero a ambas ecologías, la natural y la política).
En fin, para lo que nos atañe, queda probado que el crecimiento económico supone fuerza, lucha, competencia, aceptación del riesgo y violencia. Los resultados están a la vista.
4. A modo de corolario.
Cada país y cada sociedad es un mundo de equilibrios, y lo que en unos lugares es preceptivo en otros es delito, de modo que resulta difícil encontrar una medida universal y absoluta de la violencia. Aún así, en todo el mundo las mujeres comenten una mínima fracción de delitos que los hombres y en casi todas partes sufren menos violencia delictiva que los hombres. Si esta violencia ilegal fuera en algo representativa de aquel nivel absoulto y universal de violencia social, deberíamos concluir que las mujeres soportan menos violencia absoluta que los hombres aunque en una medida relativa las mujeres seguirían soportado mucha más violencia que la que generan.
La estrategia política para alcanzar una sociedad igualitaria debe encaminarse sobre todo a rebajar el nivel general de violencia, no específicamente la violencia de género. El objetivo debe ser rebajar el umbral de violencia admisible aflorando aquella oculta por la intimidad del hogar, las relaciones familiares, la disciplina militar, los tabúes religiosos, la competencia laboral o la camaradería, por poner unos ejemplos. Mi conclusión es que en esta situación de igualdad y transparencia total de la violencia absoluta, ésta se repartiría de modo proporcional entre hombres y mujeres, al 50 %, aunque la violencia ilegal seguiría siendo mayoritariamente masculina. Las estadísticas de homicidios intencionados, aunque no concluyentes, parecen apuntar en este sentido.
Años 2012 o 2013 para países con más de 30 homicidios. (Fuente: Datosmacro.) |
Grupo US: US, Canada, Nueva Zelanda, Australia, Suiza, Israel. |
A la vista de lo expuesto, se entenderá mi desconfianza hacia estrategias de tipo compensatorio como la Ley de Violencia de Género, que procura la desigualdad penal de hombres y mujeres como medida de protección para las mujeres. Esta Ley ni contribuye a la igualdad de hombres y mujeres -todo lo contrario- ni a rebajar la violencia general y desde un punto de vista antropológico no se distingue demaiado de los tabúes religiosos que separan hombres y mujeres en el mundo musulmán también bajo la excusa de proteger a las mujeres. Así lo veo. En cambio, existen otras medidas mucho más igualitarias que aún no han sido aplicadas en España y que a mi modo de ver serían mucho más justas y efectivas, como por ejemplo la obligatoriedad de listas electorales cremalllera y la paridad de sexos en instituciones de gobierno de grandes empresas e instituciones. Considerando la querencia de las mujeres a respetar las leyes y la necesidad vital de apartar a los delincuentes del poder en este país, creo que todos saldríamos ganando y mucho con estas simples medidas.
Hola Oscar. Mea Culpa con lo del ganado. Aunque hay una precisión importante. En inglés tanto "ganado" como "propiedad" tienen la misma raíz proveniente del antiguo francés. Chattel y Cattel tienen la misma raíz etimológica y no por casualidad. Por lo tanto, pásamelo como un error menor, antes que un lapsus. Por cierto que es conocido en antropología que las sociedades pastoralistas (las del Chattel) figuran como las que mayor violencia tienden a ejercer sobre las mujeres.
ResponderEliminarDe todos modos, lo mismo de antes: los datos interesantísimos. El concepto de violencia masculina muy interesante y creo que lo deberíamos adoptar.
PERO el concepto de violencia machista NO se va. Porque sí hay especificidad en el destinatario o destino de la violencia en el caso de la violencia machista. (Para usar tus categorías, no es simple violencia masculina).
Y esto es algo que se conoce desde hace mucho.
Permíteme citar nuevamente a Daly y Wilson:
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/8292563
Lamarck no va a volver y la evolución darwiniana es la mejor explicación con diferencia de lo que llamas "violencia masculina". Esto no implica que no se pueda cambiar y que los factores sociales y culturales puedan transformarlo. Pero para entender por qué la violencia masculina (es distintos grados) es tan presente en todas las sociedades humanas estudiadas, desde cazadores recolectores, hasta sociedades escandinavas, necesitas una teoría que no se base solamente en diferencias culturales e incluya factores más profundos.
Luego comprender aspectos de la evolución darwiniana es lo mejor si aspiras a cambiar las cosas y transformar el mundo para mejor.
Hola de nuevo. Como dije, encontré tu error/lapsus muy revelador. Hay confusiones que añaden más información o más valiosa que un dato correcto, que solo añade significación estadística. Muy interesante en cualquier caso la relación antropológica entre la cultura del ganadero, la violencia social y hasta la política. (Estoy pensando, por ejemplo, en el latifundismo español, también en América, y en la sociedad que reproduce).
ResponderEliminarDel asunto en sí: Desde luego que hay una ideología machista que justifica y sostiene la violencia específica contra la mujer, pero la cuestión que planteo es esta se enmarca siempre en un nivel de fondo de violencia mucho más alta. Pongamos el caso al revés: ¿es posible para los hombres ejercer una violencia solo y específicamente contra las mujeres? Yo creo que no, del mismo modo que en una sociedad esclavista los hombres y muejres libres serán siempre más violentos entre ellos que en una sociedad no esclavista. Cualquiera se da cuenta de que, por ejemplo, en los países musulmanes o hispanoamérica, el machismo es un impedimento contra la democracia, y como tal es alentado por la tiranía como modelo pedagógico, ideológico y social de su propia violencia contra la sociedad en general. Digamos que va todo en el paquete; la violencia ejercida sobre una parte (sexual o económica) repercute en el conjunto de la sociedad.
Por lo demás, Lamarck sí está volviendo. Los caracteres adquiridos también se heredan.
https://paradigmedical.wordpress.com/2010/03/06/guerra-hambruna-serendipia-y-epigenetica/
http://www.uv.es/cdciencia/pdf/premi%20innova%20modalitat%20b.pdf
https://www.youtube.com/watch?v=XM-B9MsyxXU
gracias por comentar y un saludo..
Lamento informarle que las mujeres se acoplan a la violencia a marchas forzadas http://finofilipino.org/post/133925897535/agresion-mujeres-pontevedra
ResponderEliminar" la obligatoriedad de listas electorales cremalllera y la paridad de sexos en instituciones de gobierno de grandes empresas e instituciones. Considerando la querencia de las mujeres a respetar las leyes y la necesidad vital de apartar a los delincuentes del poder en este país, creo que todos saldríamos ganando y mucho con estas simples medidas."
Esto es un disparate, porque las mujeres siempre querran aprovecharse de las normas, muchas quieren las ventajas que tenian con el patriarcado (trato preferente con la justicia, en naufragios, cortesía, etc...) y lo que les interesa de la "igualdad" , ojo si las tratas igual que a un hombre porque eres un machista falocrata.Lo siento pero necesita usted tomar la red pill, por lo demás interesante el articulo desde la perspectiva miope y sin salida de la blue pill.
MGOTW
Claro que usarán las leyes en su beneficio, no lo niego pero es que ni siquiera lo discuto. Las leyes están para usarlas, como es natural.
ResponderEliminarDe lo que hablo es precisamente de lo contrario, de violar las leyes y cometer delitos, cosa que hacen los hombres nueve veces por cada vez que lo hace una mujer.
Por lo demás, dos cosas.
1.- Un ejemplo, por muy bueno que te parezca, no es argumento contra una estadística de todo un país, no sé si te das cuenta.
2.- El red pil, sea lo que sea, tómatelo tú, o mejor una tilita.
Saludos..