Los Gilets-Jaunes lanzarán este sábado su #Acte63, una protesta que empieza a adquirir la forma de quiste político en la hiper-presidencialista República Macroniana y una fea y molesta verruga social en la Europa del Malestar.
La actualidad política (ese monstruo hedonista), parece haber olvidado a los G-J. Pese al repunte de interés el aniversario de su aparición, los Gilets-Jaunes no recuperan interés público y su capacidad de convocatoria está en mínimos, aunque todo esto es a costa de una permanente y fortísima represión, una violencia policial y judicial cada vez más agresiva. En cualquier caso, la cirugía policial y judicial parece haber contenido a los G-J.
Ya ni Wikipedia actualiza su entrada sobre los G-J. Los G-J son un quiste feo pero controlado. Y sin embargo, están ahí. Como las madres de Mayo durante años en Argenitina, forman parte del paisaje francés, aparentemente irrelevantes, pero presentes. Precisamente pensando en aquellas madres protestando durante años y años en la plaza de Mayo de Buenos Aires para impedir que sus hijos desparecidos, asesinados, fueran olvidados, en septiembre del año pasado escribí una entrada bastante escéptica sobre su posible futuro. Apenas cuatro meses después, mi juicio sobre los G-J es bastante más positivo.
Bien, la figura anterior es una imagen del impacto mediático comparado (medido por búsquedas) del movimiento de los G-J, la elección y presidencia de Macron y las sucesivas huelgas (gréve) convocadas en Francia desde 2004. A estas añadí las búsquedas de action+actions y crise. Resumo mi interpretación:
Desde 2004, Google Trends registra picos relevantes por la repercusión de huelgas en Francia en 2007, 2010, 2014, 2016, (2017), 2018 y 2019. Está claro que hacia 2015 el país entró en una fase de fuerte quiebra social-institucional, y diría que el híperpresidencialismo de Macron es tanto síntoma como reacción a esa crisis. Sin entrar en pormenores, la repercusión de las huelgas de 2017 fueron algo disminuidas precisamente por el efecto Macron, pero como sea, éste es el fondo en el que hay que interpretar la aparición de los G-J: como una nueva forma de acción política, la institucionalización social de la protesta. Siguiendo lo discutido aquí sobre las crisis, su expresión y las ventanas de oportunidad, los G-J han hecho patente el malestar doblando sin agotar la ventana de oportunidad de la huelga. Los G-J no solo materializan la energía social del malestar, son también sus catalizadores, su fea evidencia.
Buscando como significar ese malestar y esa búsqueda de respuestas, dí con esa creciente búsqueda de action. No solo es creciente, creo que es relevante. En 2007 action tuvo un pequeño repunte con la aparición de la crisis. En 2019 lo tuvo previo a la gran huelga de diciembre. Los G-J son la manifestación de ese creciente deseo de actuar, de intervenir, de pasar de la mera protesta a los hechos, de que las alternativas se realicen. Desde 2004 hay otra tendencia decreciente pero también creo que relevante muy relacionada con las huelgas: Europa.
Visto en detalle, no parece que las huelgas y la pérdida de interés por Europa sean procesos del todo independientes...
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